Con la mirada de protagonista (capítulo 2).
Intento pensar, me exprimo la cabeza buscándole alguna explicación lógica a esto que me está pasando, pero no puedo encontrar respuesta alguna. Por más consejos que pida, se que lo único que va a importar es mi pensamiento y lo que decida hacer con éste. Pero ¿cuál es mi pensamiento? ¿Qué pasa si me equivoco y hago cualquiera? ¿Qué es lo que está bien y lo que es malo?
Tengo la angustia en mi garganta de decir algo y que todo deje de existir, que por una sola palabra se hechen a perder todas esas palabras que, de alguna u otra forma, vienen de lo profundo de cada uno. Tengo tanto miedo de hacer las cosas mal, de equivocarme y no poder perdonármelo más, que ese error quede vigente en mi cabeza y que no me deje en paz ni por un minuto, siempre recordándome lo idiota que fui al no intentarlo.
¿Qué hay en mi mente? Tantos pensamientos entrelazados que me impiden decidir qué camino voy a tomar. Muchos problemas juntos, voces que me dicen que me arriesgue y no me importe nada más, y otras que me gritan ‘no! Mirá si te equivocás’. No tengo la más puta idea de lo que voy a hacer, no puedo encontrarle solución a esto por más que la tenga servida en bandeja.
Se cambiaron los roles de esta obra. Antes yo miraba todo con el punto de vista de espectadora, pero ahora me convertí en la protagonista le toca actuar sin el guión escrito.
2 comentarios:
Improvisar.
Ya vamos a ver.
Publicar un comentario