Escuchando a Los redondos, sentada cual camionero de Moyano y con un rolisec al lado (que andá a saber de dónde salió) me encuentro aquí escribiendo para su diversión, queridos lectores. Claro, como ustedes son unos forros que nunca escriben una mierda, entonces yo soy la única boluda que les sirve de ‘entretenimiento’ a esta hora vithe (2:37, para el que le da paja mirar un reloj). En fin, les voy a contar un poco de mi vida (paráaaa flaca, tenés 15 años locos y te hacés la pro). Bueno, eso, si quieren traiganseN el pochoclo que aquí comienza el espectáculo.
No loca, estás re fumada. Buen, antes de empezar la ‘historia’ esta de mierda, paso a comunicarles los siguientes datos: según los 26 enfermoHs que votaron en mi encuesta super pro, el 15% dice que soy una crack con cara de panqueque ( D: ), el 34% piensa que fumo porro, peeeeeeeero el 50% dice que soy grosa. A quién le creeré? A mi perro, él me quiere. Bue, chau, vayamos al grano que esto a nadie le importa, pelotuda.
‘Había una vez una enana loca de mierda que un día se levantó de su cama y dijo ‘voy a revolucionar el mundo la puta que los parió’. Esa enferma mental se llamaba Milena. Y claramente era una ingenua al pensar que ese ‘proyecto’ que tenía iba a ser facil de cumplir.
Si quería que alguien la tome en cuenta, primero tenía que aprender a defenderse. Pero claro, ella toda su infancia hasta los 13, 14 años se dejó pisotear y ser usada por cualquier hijo de puta que se cruzaba por su camino, y cada vez que quería decir ‘basta’ la mandaban a la mierda y no podía lograr salir de ese pozo lleno de gente imbécil. Y ensima una puta vez que lo lograba le decían de todo y volvía a caer diciendo ‘me quiero ir, no aguanto más esto, por favor me quiero ir’ literalmente. 13 años siendo boludeada por forros que no tenían otra cosa que hacer, entonces claramente era re divertido ponerme a todos en contra, hacerme llorar, después decirme ‘te amo, sos todo’ etc etc y volver a usarme. Siempre fue así y les juro que me costó un huevo hacer que la gente entienda que no se puede jugar con uno que no se lo merece.
Cuando entré en la puta adolescencia me di cuenta que bardeando a los que me bardeaban podía ganar un poco de respeto, entonces empecé a usarlo a mi favor. Al principio no era parte de mi personalidad pero con el tiempo se me fue apegando y me convertí en una piba que no para de putear y parece una insensible de mierda. Claro, eso es la primera impresión que doy, no? Pero una vez que llegás a conocerme te das cuenta que lo sensible no lo mandé tan a la mierda. Y eso pasó con vos J, gay, pelotudo o como mierda te identifiques. Seguro cuando empezamos a hablar las primeras veces me veías como una que no le importaba nada y que iba de pelotudo en pelotudo, se ponía mal por un tiempo y después volvía a hacer cualquiera.
Claramente era así pero porque me faltaba confianza y estabilidad (que me sigue faltando), entonces me cortaba, lloraba a escondidas, me peleaba con todo el mundo y hasta conmigo misma por no poder tener un equilibrio, un término medio entre lo que es mierda y la felicidad. Necesitaba encontrar eso pero no sabía cómo, entonces fui probando distintas formas. Cortándome no lograba nada, entonces lo dejé. Tomando tampoco, también lo dejé. Llorando y después hacerme la feliz tampoco me servía, lo dejé de hacer. Pero había algo que me faltaba para seguir y yo lo negaba a muerte, y eso era parar con la pelotudes y decidirme por algo que sí valiera la pena. Lo que me costó ese sí no se dan una ideaaaaa, estuve semanas, hasta meses pensando qué carajo podía hacer, porque cada vez te quería más y no sabía manejarlo. Y buen, hasta que te dije ‘te amo’ (sí, la puta madre D: ) y ahí como que empezó todo de nuevo.
A lo que voy con esto es que al decirte eso llegaste a un punto en el que ese intento de armadura que yo tenía contra los demás para negar todo lo estás haciendo caer de a poco, y la verdad que a veces me asusta pensar que te volviste así de importante para mí como para decir esas palabras que tanto odio’.
Milena G.
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