Como habrán visto... ayer estaba a little bit para el orto, pero por un pibe. Sí gente, por UN pibe. Y eso que yo siempre digo que hay más peces en el agua, pero parece que justito me elegí a la piraña. Me angustié al pedo, claramente, porque se sabe que no es el único pibe en el mundo. Y eso lo se muy bien, se qué clase de persona es él, pero igualmente me puse mal. Sí, soy una boluda total.
Hoy estoy mejor. Más feliz, más inspirada, más loca de mierda... en fin, más Milenizada. Con la cabeza un poco más despejada, me puse a pensar: '¿Por qué hay que ponernos mal por una persona que no se lo merece? ¿Por qué le damos el gusto de que sea nuestra única preocupación? ¿Por qué tuvimos que elegir justo a él, cuando sabemos que nos pone para la mierda?'. Todo tiene su respuesta, pero a la vez no la tiene.
En fin. Llega un momento en que decís 'me cansé Milena, ya es tiempo para cambiar de aire'. Y ahí es cuando empezás a abrir puertas que antes estaban cerradas, ahí es cuando pasás el limpiaparabrisas por tu mente, y AHÍ es cuando por fin te das cuenta que fuiste una tremenda boluda por caer en su trampa. Pero... un tropezón no es caída! Además, los errores solo hacen a uno más fuerte, y le enseñan qué es lo que está mal. Nos muestran el mundo real, ya que la vida es un sube y baja (fijarse en descripción del blog para más información), y siempre, en algún momento, nos vamos a tropezar dos veces con la misma piedra.
Todo esto es una charla con mi conciencia, todo este texto que (supongo) tiene sentido... viene en vivo y en directo de mis neuronas, que en este mismo momento me gritan: 'Preparate que se viene algo bueno'.
Gracias a mis lectores por su visita, y a Juanma por ser mi psicólogo espía.
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